jueves, 17 de marzo de 2011

(L.

Desperté en un futuro incalculado, en medio de una fiesta con un número de gente ilimitado. Con conocidos y desconocidos. Familiares. Compañeros del colegio. Amigos. Con EL. Se acerca a mi. Me susurra algo al oido. ¡No le oigo! ¡No le entiendo! La música esta demasiado alta. Me señala su mano derecha. Desea darme algo. ¿Qué será? Hace tiempo que no me regala nada. Desde...bueno, mejor no recordar, son recuerdos demasiado melancólicos. Me cogela mano y me estira. Quiere que le siga. Voy detras. Me lleva a un callejón oscuro. Las tinieblas solo dejan vernos las caras, nada mas allá. Pero no hay nada más que ver. Miro hacia los lados. No hay nadie. Bajo la mirada, pero pronto la levanto. Tenía que ver una vez más esos ojos en los que tanto pienso y esos labios con los que siempre sueño. Nuestros ojos se cruzan 1 segundo,pero es suficiente para darme cuenta de la intensidad que esconde. Hoy todo es distinto.
-¿Que pasa?-rompo un poco el hielo, me tiemblan las piernas.
-Quiero darte algo.
-¿El que?- le cojo la mano y la abro. Está vacia.
-No. No es ningún ragalo.
-Ah...¿Entonces?-me estoy rayando...
-Se acreca. Se acerca y me besa. Pero antes le da tiempo de decirme esas palabra que tanto añoraba que salieran de sus labias-Te quiero.

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